Industria: El aire de las bolsas de patatas
Cuando hablamos de “reduflacción” (vender menos producto al mismo precio como estrategia para que no se tanto la inflación) un ejemplo claro es el de las patatas en donde cada vez te llenan las bolsas más de aire.
Es algo a lo que al final nos hemos acostumbrado pero no deja de ser desolador que al abrir una bolsa de patatas, inmediatamente la mitad del producto haya desaparecido.
Hace 5 años, una empresa encargó un estudio para averiguar si algunas de sus marcas favoritas de snacks ofrecían más aire que producto y para ello reunieron 14 productos reconocidos (en EEUU), que van desde alternativas saludables hasta opciones más calóricas, para medir la relación aire-snack en cada bolsa. (Imagen)
¿Realmente hay tanto aire en las bolsas de snacks?
En realidad no, no es aire es nitrógeno. De hecho, el oxígeno haría que los snacks se pusieran rancios. Este llenado de nitrógeno no es malo, incluso se cree que hace que los productos sepan mejor, además no es perjudicial para la salud, ya que aproximadamente el 78% del aire que respiramos está compuesto de nitrógeno.
El grosor de las patatas fritas y otros aperitivos salados las hace crujientes y deliciosas, pero también muy frágiles. Este relleno da a un producto tan delicado como este un cojín. Dado que tienen un largo camino por recorrer desde su fabricación hasta el consumidor, los fabricantes inflan intencionalmente el paquete con gas nitrógeno para protegerlo de daños durante el transporte. Esta es una de las razones por las que los bote de Pringles tienen menos aire, no le hace falta (y aún así tiene un 28%)
Sin embargo, eso no excusa la proporción de espacio que ocupa el gas en una bolsa cuando se supone que está llena de alimentos.
Pero además de la frustración que provoca a los consumidores el comprar aire, tenemos la huella de carbono, algo que debería preocupar a las grandes empresas que tan preocupadas parecen por la ecología.
No solo el nitrógeno ocupa una gran cantidad de espacio en cada bolsa snacks, sino que un reciente estudio encontró que ocupa tanto espacio en tránsito que 86 de cada 100 camiones que transportan Doritos no necesitarían estar en la carretera y eso es una gran huella de carbono.
Así que ya que no lo hacen por los consumidores, al menos que lo hagan por el planeta. Queremos más patatas y menos aire.
Fuente: www.euribor.com.es