Bolivia: Tecnología coreana fortalece la producción de papa a través de semillas certificadas

Bolivia es uno de los países que más consume y produce papa en todo el mundo. Las más de 100 variedades nativas son solo una muestra de la riqueza del suelo nacional. Sin embargo, el rendimiento de cada hectárea es menor en comparación con otros países productores, como Perú, donde el uso de tecnología es mayor y potencia mejores resultados. 

Es así que Kopia Bolivia Center y el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria y Forestal (INIAF) desarrollaron el proyecto “Establecimiento de comunidades modelo para el incremento de la productividad del cultivo de papa a través del uso de semillas de alta calidad y tecnologías apropiadas en cinco departamentos de Bolivia”, que tiene el objetivo de fortalecer el proceso productivo de este tubérculo con el uso de tecnología coreana.

A este proyecto, se sumaron dos este 2023: uno enfocado en cultivo de arroz con cosecha de agua y otro en forraje. El común entre todos es el impulso tecnológico de la cooperación coreana, que comparte sus conocimientos para incrementar los ingresos económicos de los agricultores y generar productos de alta calidad. 

Estos tres trabajos se presentaron en el marco de la Reunión anual de evaluación de proyectos financiados por la alianza coreana para la innovación de la agricultura – Kopia Bolivia, realizado en La Paz. 

El responsable del proyecto de papa de Kopia e INIAF, Limbert Juárez, explica que se trabajó en cinco departamentos en los que se benefició a 376 productores, de 29 comunidades, con una inversión superior al millón de dólares (1.500.000). 

PAPAS AEROPÓNICAS 

Desde que el proyecto comenzó en 2022 –se extenderá hasta 2025-, los centros de innovación de Kopia y el INIAF fueron claves para impulsar el uso de tecnología, como la aeroponía. Este proceso consiste en cultivar plantas en un entorno aéreo sin utilizar suelo, ya que solo se emplea una solución nutritiva para alimentar la planta. 

En Cochabamba, este centro de innovación se encuentra en Tarata. En el lugar se produce las variedades cardinal, desireé, jatun puka y marcela, con el objetivo de dotar de semilla de alta calidad a los agricultores. “Esta semilla tiene un alto valor genético en cuanto a rendimiento, resistencia. Además, se ha escogido variedades que son comerciales a nivel nacional”, comenta el responsable. 

Como resultado de esto, existen productores ‘semilleristas’ que adoptaron los reglamentos de este tipo agricultura y están unidos en asociaciones. Para llegar a ese punto, primero deben registrar la parcela de producción, donde se hacen estudios para saber si está en óptimas condiciones y no tiene enfermedades; debe usar semilla de alta calidad; tener un manejo agronómico adecuado; y hacer la verificación del rendimiento. 

Sin embargo, también trabajan con productores innovadores, quienes buscan emprender en el cultivo de papa de alta calidad. 

Juárez sostiene que este trabajo está enfocado en mejorar el rendimiento productivo por superficie, ya que Bolivia enfrenta problemas para abastecer el alto consumo local. “Somos el segundo país de la región que más consume papa; pero nuestros rendimientos son muy bajos en comparación con los vecinos”. 

Esto se debe a la falta de tecnología adecuada, dice Juárez. Por lo tanto, la cooperación coreana enfoca sus esfuerzos en compartir sus conocimientos en este tema. 

“Si se adoptaría toda la tecnología de producción, empezando de la básica y llegar a la producción comercial, yo creo que Bolivia cambiaría drásticamente, porque tiene mejores suelos”, indica el responsable del proyecto. 

Kopia trabaja de la mano del INIAF para que le dé continuidad a la iniciativa y permita hacerlo sostenible. 

Como objetivos para el segundo año del proyecto, buscan la siembra de 200 hectáreas con semilla certificada de papa categoría R1 y 68 hectáreas de semilla categoría B2, entre otros. 

Participantes de la Reunión de evaluación de proyectos financiados por la alianza coreana para la innovación de la agricultura./ KOPIA

COSECHA DE AGUA Y FORRAJE

Durante la reunión anual, donde participaron técnicos y autoridades como el ministro de Desarrollo Rural y Tierras, Remy González, y el embajador de Corea en Bolivia, Kim Ki Hong, también se detalló los proyectos “Manejo integrado del cultivo de arroz en predios de pequeños productores con tecnología de nivelación de suelos para cosecha de agua de lluvia” y “Establecimiento de un sistema forestal mixto eficiente para la producción de forraje, utilizando especies nativas e introducidas seleccionadas en la región del chaco boliviano”. 

El objetivo del primero es implementar dos parcelas pilotos de cosecha de agua de lluvia para el cultivo de arroz , que serán modelos referentes en el país. 

Según los datos del INIAF, en Bolivia se consume 36 kilos anuales de arroz per cápita y el país tiene un alto potencial de productividad. Sin embargo, falta el uso de tecnologías. 

Es por eso que este proyecto incentivó este punto y permitió que el rendimiento promedio aumente de 2.5 toneladas por hectárea a 6. 

En el caso del segundo proyecto se está trabajando con tres variedades de forraje gramíneas nativas y tres introducidas. Además, se promueve la mecanización con productores innovadores e instituciones públicas con tecnología que permite mejorar el monte nativo. 

“La cooperación con el INIAF es considerada muy importante no solo por Kopia, sino también por el gobierno coreano. En el futuro, el centro Kopia Bolivia continuará comunicándose y cooperando con el Ministerio de Desarrollo Rural y Tierras de Bolivia para contribuir al desarrollo agrícola de Bolivia y aumentar los ingresos agrícolas”, sostuvo el director de Kopia Bolivia, SangGuei Lee, durante la reunión anual. 

Para 2024, la institución trabajará en implementar un proyecto que mejore la productividad del maíz en respuesta al cambio climático.