España: La mejor patata roja de la península es la ibicenca
Con 158 toneladas de siembra en este 2023 este producto se ha convertido en la principal producción agraria de la isla pudiendo superar en importancia a la algarroba.
La finca de Can Llusià en Santa Gertrudis ha sido el escenario para presentar los datos de la campaña de cosecha de patata nueva vermella de Eivissa que se inició a mediados de mayo.
El director insular de Medio Rural y Marino, Joan Marí, junto con seis productores agrarios de la isla, ha explicado que las cifras muestran que el cultivo de patata se mantiene a lo largo de los años como cultivo principal en Ibiza con 158 toneladas de siembra este 2023, y una producción que se espera que supere las 3000 toneladas entre las dos cosechas, "lo que le convierte en la principal producción agraria de Ibiza que este año puede superar la importancia económica de la algarroba".
Marí ha señalado que en los últimos años se han ido priorizando las variedades de mejores aptitudes culinarias: es así como la variedad Desirée incrementa su representación con 34 toneladas sembradas y la variedad Kondor pasa a un segundo término con la mitad de la cantidad de semilla sembrada en 2014. En cuanto a variedades rojas, la variedad Bartina, de ciclo rápido ha duplicado los kg de siembra hasta las 21 toneladas. Por otra parte, también se aprecia una mayor presencia de variedades de piel blanca, que en 2023 ha alcanzado el 41% de los kg sembrados, cuando en 2014 era del 33%.
En cuanto a variedades, cabe destacar la bajada de la variedad Picasso con la introducción de la patata Agria, una variedad muy reconocida en toda Europa por su aptitud al fritura y que responde a la demanda de la restauración, especialmente por parte de cocineros no originarios de Eivissa.
De esta forma la oferta de patata cultivada en Ibiza mantiene, por un lado, la apuesta por la variedad roja Desirée, de excelente calidad culinaria, la única hasta ahora que es comparable a la variedad antigua ibicenca y que , por tanto, conserva la tradición de una variedad roja de doble aptitud para la cocina tradicional, junto con la variedad Bartina; y por otro, se verifica la introducción de la variedad blanca Agria, que compite con la variedad Desirée como variedad para fritura, aunque no es una variedad apta para el hervido.
Importancia de la patata vermella
La patata vermella de Eivissa es el producto hortícola de mayor renombre. Se puede encontrar en restaurantes, tiendas, grandes superficies, y ahora también se están exportando unas 600 toneladas por un gran productor a Mallorca, tierra de patata, ya Menorca a través de la cadena Eroski. Y es también uno de los principales cultivos para nuestros horticultores, el sector que agrupa el grueso de los profesionales dedicados a la agricultura, junto con la sandía y el tomate.
Gracias al clima suave de Ibiza se pueden hacer dos cosechas: una semi-tardana, sembrada durante el mes de febrero que se empieza a cosechar a finales del mes de mayo; y una sembrada de patata tardía en el mes de agosto que se cosecha a partir de finales de noviembre. De esta forma se puede cubrir la demanda anual, exceptuando los meses de octubre y noviembre, en invierno, y en marzo y abril, a la espera de la patata nueva.
En Ibiza la tipología de patata es completamente diferente a la que se consume en la Península o en el resto de Europa, donde predomina el consumo de variedades de piel blanca. En Ibiza, por el contrario, el 66% de la patata que se siembra es de patata roja. En el origen del prestigio se encuentra la patata roja antigua, la única variedad que se ha conservado de las que se cultivaban en la huerta de Ibiza. Había blanca, rosa y morada, pero las hemos perdido. Y si la patata roja antigua se conservó es porque tenía la doble aptitud para freír sin quemarse y hervir sin deshacerse de forma que con una sola variedad se podían elaborar los platos tradicionales. Es uno de los ingredientes básicos de nuestra gastronomía, y se encuentra en platos sencillos como lechuga de patata -ahora conocido como ensalada payesa-, en todas las fritas tradicionales, de pulpo, de cerdo o de asadura, y en los platos de mayor renombre como el sufrido payés o el hervido de pescado.
La finca de Can Llucià, donde se ha hecho la presentación de esta campaña de cosecha de la patata roja, en el centro de la isla, es una zona de tierra roja que gracias a la introducción de los sistemas de bombeo de agua han podido introducir los cultivos de regadío. Es un ejemplo de pequeña explotación familiar con una orientación productiva en los cultivos extensivos de regadío como la patata y la chindria, una de las tipologías de explotación habituales en Eivissa. Se caracteriza también por mantener una importante manada de ovejas que, además de un soporte económico para la venta de corderos, aporta un elemento fundamental para una explotación agraria y más para el cultivo de la patata: el estiércol de oveja . La rotación con cultivos de cereales y forrajes, la ganadería y la aplicación de estiércol orgánico permite así un cultivo sostenible de la patata, aplicando los principios agrarios que ahora se difunden como “agricultura regenerativa”.
Fuente: ondacero.es