España (Castilla y León): La producción de patatas cae en torno al 18% en una campaña de precios «aceptables»

La campaña de patata entra en su recta final. «Las partidas que quedan son muy escasas, ya en las zonas más tardías», explica el presidente de la Asociación de Productores de Patata de Castilla y León (Appacyl), Eduardo Arroyo. «En Campaspero, en la provincia de Valladolid, hay muy poco; algo en Burgos y León, no mucho más». Según su percepción, esta campaña quedará en el recuerdo «por el fluir del mercado y de todas las partidas, la gente que tiene cierta superficie ha terminado quince días antes de lo habitual, de manera general».

Calcula que las altas temperaturas del verano han contribuido a que la producción caiga entre un 18 y un 20%. Esta circunstancia se une al hecho de que este año se han sembrado en Castilla y León alrededor de 1.000 hectáreas menos, 16.363 en total, y que no ha habido demasiada presión por parte de Francia hacia el mercado español. «Todos estos factores han influido en que el precio de la patata esta campaña haya sido aceptable».

No obstante, Arroyo detalla la siguiente evolución: «La primera semana de arranques comenzó con un precio de 0,40 euros por kilo y luego bajó a 0,30-0,35 euros por la presión de la variedad Colomba, ya que se puso todo al mismo tiempo en el mercado y rebajó los precios».

Una vez que se dio salida a esa mercancía, «aparecieron otras variedades de piel más fina de las que no había muchas y la tendencia de los precios fue al alza». De hecho, «la tercera o cuarta semana iban hacia arriba y en el último mes no han bajado de los 0,35-0,40 euros, a excepción de la variedad Rudolph, de carne blanca y piel roja, y que está por encima de los 0,45 euros porque hay muy poca».

El incremento de los precios con respecto a la campaña anterior es un hecho, pero también el de los costes de producción, alrededor de 2.000 euros por hectárea, según Arroyo. «Está claro que la presión de los insumos ha sido muy fuerte, pero los precios han compensado una parte muy importante en un año que podía haber sido fatal», por lo que insiste en que «el precio ha sido aceptable y esto da un impulso para poder continuar al año siguiente sin tener que hablar de caídas en la superficie de patatas».

Ninguna en la tierra

El hecho de que haya habido mucho tirón del mercado ha propiciado que, a diferencia del año pasado, «no se ha quedado ninguna patata en las tierras, este año todas valían». Eduardo Arroyo hace esta mención porque en la campaña anterior, en la que había más oferta, se puso problemas a muchas patatas con el argumento de la presencia. «Este año todo vale y las patatas son iguales que las del año pasado; no puede ser que el exceso de producción sea el criterio para decidir si las patatas valen o no».

También hace hincapié en que este año las producciones sujetas a contrato se han estado renegociando «hasta primeros de campaña», debido a ese incremento de costes. «Es verdad que los operadores o embolsadores han mostrado un ambiente receptivo para asumir una parte del incremento».

La patata es un cultivo de gran importancia socioeconómica en Castilla y León. La región es la primera productora nacional de patatas, representando en torno al 38% de la producción total del país, con más de 800.000 toneladas.