Cuba: Nueva campaña de la papa, entre las limitaciones y el clima

En pocos años, Cuba y su agricultura pasaron de ver podrirse la papa en los mercados agropecuarios a solo alcanzar venderle a la privilegiada población de La Habana, mediante la cartilla de racionamiento, tres veces en 2023 y dos veces en 2024, en un declive que deja dudas sobre la actual campaña 2024-2025.

Para cubanas y cubanos, al menos los residentes en la capital cubana, resulta en no pocas ocasiones contradictorio que el tubérculo no aparezca “ni en los centros espirituales” (léase: en ninguna parte) y que por las calles se escuchen frecuentemente los pregones: papaaa….

“Eso tiene que ser papa de semilla, porque la que se sembró en noviembre todavía no está”, sostiene Inés Hernández, oriunda de Melena del Sur, uno de los municipios con más tradición y áreas para el cultivo.

Lo cierto es que las interpretaciones de que la papa regresa a Cuba tras los anuncios en medios oficiales sobre la campaña de siembra son inexactos: aunque se haya visto poco o casi nada, nunca ha dejado de sembrarse, aunque sí se registra un declive en la producción de este alimento, muy útil en la cocina cubana, tanto como sustituto del arroz o como extensor de cárnicos.

Según fuentes oficiales, para la actual temporada se previó plantar 4 125 hectáreas de papa en todo el país, en una siembra escalonada, según el tipo de semilla, que se proyectó concluir en enero, para aprovechar los meses de menos calor.

Las plantaciones de papa de esta temporada comenzaron a mediados de noviembre, en el municipio de Güines, que concentra la mayor área del tubérculo, en la provincia de Mayabeque, y donde se sembraron 1 050 hectáreas.

Las primeras semillas plantadas fueron las obtenidas por los productores cubanos, conocida como semilla nacional, en una práctica que desarrolla el sector agropecuario cubano desde hace años. Con posterioridad, en la medida que llegaron al país, se inició la siembra de las simientes importadas.

Carlos Martell, subdirector de Agricultura del Ministerio de la Agricultura, informó que en la actual campaña cultivan el tubérculo en todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.

Para este cultivo, destacó Martell, el país contó, en su generalidad, con recursos para las actividades agro técnicas, esencialmente fertilizantes y pesticidas, aunque persisten las limitaciones con los combustibles y la energía eléctrica, vitales para la preparación de tierras, cultivos y el regadío.

Por ejemplo, desde la provincia de Ciego de Ávila, en declaraciones a la prensa, el especialista Raúl Monguía dijo que “aparte de los problemas que hubo meses atrás con la preparación de la tierra, por el exceso de lluvias y por insuficiente disponibilidad de diésel, la entrada de la fórmula completa no fue la idónea, situación que nos ha obligado a asumir variantes con otros fertilizantes que existían en la provincia”.

Papa en declive

A partir de 2018, la producción de papa en Cuba muestra un decrecimiento, que puede atribuirse a la crisis económica y financiera, que no habría permitido la adquisición de los insumos que exige el cultivo.

De acuerdo con el Anuario Estadístico de Cuba 2022, de una superficie cosechada de 6 162 hectáreas en 2018, el área se redujo progresivamente hasta llegar a 4 925 en 2021 y 5 547 en 2022. En tierras estatales aumentó de 1 892 hectáreas en 2018 a 2 675 en 2022, sin embargo, en las no estatales decreció de 4 270 a 2 872 en esos mismos años.

La producción también decreció: de 135 147 toneladas en 2018 a 92 942 en 2022. Si bien en el sector estatal creció de 40 705 a 46 866, en el no estatal se contrajo de 94 442 a 46 076 toneladas, lo que representó 48 366 toneladas menos.

Los rendimientos experimentaron igualmente una caída de 21,93 toneladas por hectárea en 2028 a 16,76 en 2022, según muestran las cifras de la Oficina Nacional de Estadística e Información (ONEI).

Aunque la ONEI indica que el capítulo 09 Agropecuario, del Anuario Estadístico 2023 (edición 2024), “se encuentra en proceso”, Martell señaló a medios de noticias que en la pasada campaña se plantaron 5 100 hectáreas, desde la primera decena de noviembre hasta enero, aunque el 60 por ciento del área se sembró fuera del calendario óptimo, lo que junto a la variabilidad del clima habría incidido en los pobres resultados de cosecha.

La papa (Solanum tuberosum L.) es una de las hortalizas mayormente extendidas en el mundo, siendo cultivada en más de 100 países. Aunque es predominantemente un cultivo de clima templado, se puede cultivar en clima subtropical y tropical.

El cultivo de este tubérculo depende no solo de insumos como semillas, fertilizantes y combustible, sino también de la variabilidad climática

Según especialistas, la mayor limitante para una buena cosecha son las temperaturas: si son inferiores a 10 °C y superiores a 30 °C, estas inciden negativamente en el desarrollo de las plantas, por lo que se considera que la temperatura óptima oscila entre 17 a 23 °C. Por ese motivo, en los lugares de clima tropical cálido se siembra durante los meses más frescos del año, como es el caso de Cuba.

El libro El cultivo de la papa en Cuba destaca que la papa es superior a todos los otros cultivos en la producción de proteínas por unidad de tiempo, superficie y en la producción de energía. A su vez, esa proteína es muy valiosa, debido a su alto contenido de aminoácidos esenciales, lo cual no es común en las de otras plantas.

La variante ecológica

El cultivo de papa ecológica es uno de los programas de la Estación Experimental Indio Hatuey, perteneciente a la Universidad de Matanzas y que se basa en la siembra de pequeñas áreas, con el empleo de fertilizantes y plaguicidas biológicos, materia orgánica y humus de lombriz.

Tras años de experimentación, en 2020, se seleccionaron productores y áreas para que, bajo la supervisión de la estación experimental , se sembrara papa con un paquete tecnológico de insumos disponibles en el país (microorganismos eficientes, un bioproducto del Instituto Nacional de Ciencia Animal, y Fitomás, del Instituto de Investigaciones de la Caña de Azúcar).

De acuerdo con fuentes de la estación experimental Indio Hatuey, esta mezcla y la atención agrotécnica han permitido obtener hasta 17 toneladas por hectárea, muy similar a la cosechada mediante la tecnología tradicional.

Como parte del autoabastecimiento municipal, en 2023 en Cuba se ampliaron a 100 las hectáreas dedicadas a la producción de papa bajo conceptos naturales de siembra y atención a los cultivos, en pequeñas parcelas, para el autoabastecimiento municipal.

Entre las provincias que en 2024 plantaron papa en condiciones ecológicas estuvo Las Tunas. Sin embargo, especialistas consideran que en el oriente las condiciones climáticas son menos propicias para estas prácticas ecológicas por las altas temperaturas, sobre todo debido al ataque de plagas como el hongo alternaria solani, conocido también como tizón temprano.