España: Andalucía ya siembra su patata temprana
Los arranques se producirán entre finales de abril y mayo y tendrán como destino la exportación
La campaña andaluza de siembra de patata nueva temprana ha comenzado estos días en la provincia de Sevilla. La provincia lidera la producción de patatas nuevas en Andalucía y dentro de la provincia, “sobresalen” municipios como La Rinconada, que dedica en torno a 1.600 hectáreas a su producción.
Este es el caso de Contagri S.L., que ha arrancado sus siembras “hace unos 15 días” en el municipio sevillano de Aznalcázar, según nos explica Aníbal Román. La compañía cultiva alrededor de 500 hectáreas de patata, que se arrancarán en los meses de abril y mayo y tendrán como destino el mercado belga.
Los profesionales del campo se muestran optimistas frente a esta nueva producción. “Esperamos que sea una buena campaña. La tierra está en condiciones óptimas“, explica el agricultor. Aunque los profesionales siguen mirando al cielo, inquietos por la ausencia de precipitaciones.
Román reconoce que están “preocupados por la sequía porque llueve poco y los niveles de los pozos está bajando”. A esto se suma, “que la calidad del agua cada vez es peor“. Aún así esperan que la “optimización de recursos” les permita un producto de calidad para el mercado.
Condiciones de siembra para exportación
El agricultor debe, más que nunca, adaptarse a las demandas del mercado. En lo agronómico, variedades, tiempos y hasta marcos de plantación se adaptan para producir la patata que demanda el consumidor. “En este caso, el marco de plantación es más estrecho que el que se establecería para las patatas con destino nacional”, nos explica Aníbal. El motivo es que el mercado belga demanda calibres “más pequeños y homogéneos”.
Campaña temprana 2023
Los agricultores arrancan esta nueva campaña de patata temprana con esperanzas de que los resultados sean mejores que los de este año. Las zonas tempranas de Cartagena y Andalucía Occidental contaron con una superficie sembrada superior a las 10.500 hectáreas de patata (similar al año anterior), pero que frente a productividades normales de 45.000 kg/ha, no llegaron en muchos casos a los 20.000 kilos.
Esta reducción de entre un 25 y un 35% de la producción, reduciendo los kilos por hectárea, y generando un segundo problema, una importante falta de calibre, se vio ocasionada por la situación de sequía y las restricciones aplicadas a los riegos.
A estas cuestiones, hubo que sumarle los daños originados por las heladas sufridas este pasado invierno, por la producción perdida, y las menores producciones de las superficies replantadas.
Fuente: revistacampo.es