Bolivia: Los intermediarios ganan hasta un 50% más que los productores de papa y otros alimentos
La falta de acceso a mercados y financiamiento obliga a los agricultores a vender a precios bajos a terceros que incrementan el costo de los productos de la canasta básica.

Cansada de lidiar con los intermediarios, en noviembre de 2024, Marleny Osinaga decidió vender directamente su producción de verduras de primera necesidad al público. Para ello, organizó a un grupo de productores de los Valles cruceños y comenzó a ofrecer papa, cebolla y tomate a precios más económicos, lejos de las tarifas elevadas de los mercados populares, donde los comerciantes pueden incrementar el costo hasta en un 50% en comparación con el precio que reciben los agricultores.
Los intermediarios, considerados actores clave en la cadena de suministro, pueden obtener márgenes de ganancia que oscilan entre el 30% y el 50% sobre el precio pagado al productor primario, ya sea en el sector pecuario (carne de res y pollo) o agrícola (granos y productos básicos).
Los productores, encargados de llevar el alimento a los hogares, recurren a los intermediarios por dos razones principales: la falta de acceso a mercados y la necesidad de financiamiento para sostener su producción. Sin estas dos condiciones claves, muchos se ven obligados a vender a precios bajos a los intermediarios, quienes no solo compran su cosecha, sino que también les proporcionan financiamiento.
En la actualidad, Bolivia enfrenta un significativo incremento en el precio de los alimentos básicos, como el arroz, la carne, la papa, la cebolla y el tomate. Este aumento se debe a diversos factores, entre ellos la escasez de combustible, que encarece el transporte y la distribución de los productos. Pero otro factor clave es la especulación de los intermediarios, quienes acopian los alimentos y los liberan estratégicamente al mercado para elevar su valor.
Lucha por precios justos
Para cortar este círculo de dependencia, Osinaga detalla que la feria itinerante que impulsa busca garantizar precios más justos para productores y consumidores, además, de eliminar la intermediación en la venta de alimentos. La feria comenzó en noviembre de 2024 y demostró ser un éxito rotundo, pese a la resistencia de los intermediarios y la supervisión constante de las autoridades.
“Hoy, por ejemplo, la papa grande se vende en el abasto nuevo a 32 bolivianos por arroba. La primera intermediaria la revende en Bs 40 y la segunda la lleva a otros mercados, donde la vende en Bs 50 o incluso Bs 60”, explicó.
Como resultado, el consumidor final paga el doble de lo que recibe el agricultor por su cosecha.
El mismo fenómeno se repite con otros productos de primera necesidad como la cebolla y diversas frutas y hortalizas. “El intermediario se queda con un 50% del precio final”, lamentó.
Agrega que gracias a esta iniciativa “Nosotros vendemos la papa en 45 bolivianos la arroba. Eso significa que el consumidor ahorra al menos 15 bolivianos y el productor gana 8 bolivianos más que si vendiera a los intermediarios”. Pero la falta de espacios adecuados dificulta esta venta directa. “El abasto nuevo está controlado por revendedores y sindicatos, lo que impide que los productores vendan allí”, denuncia.
Hoy el grupo cuenta con más de 500 productores de diversas regiones, incluyendo Tarija, Sucre, Potosí, Valle Grande y Montero. Unos 20 participan diariamente en las ferias, que se realizan los viernes, sábados y domingos en distintos barrios de la ciudad. El éxito de la iniciativa ha generado conflictos con los revendedores, quienes ven afectadas sus ganancias. Además, la fiscalización de las autoridades locales ha sido estricta, exigiendo permisos y limitando el uso del espacio público.
Además de frutas y verduras, la feria ha incorporado otros productos como arroz, aceite y papel higiénico, vendidos a precios más bajos que en los mercados tradicionales. “No eliminamos a todos los intermediarios, pero evitamos a los más grandes y logramos que los vecinos accedan a precios justos”, comentó Osinaga.
Fuente: eju.tv