Argentina: "Bono Tomate", alternativa para ganarle a la inflación y ayudar a los horticultores

Un consumidor va a la verdulería, compra un “bono social” de 220 pesos y, a fin de año, en tiempo de cosecha, retira 10 kilos de tomates sin tener que abonar ningún costo extra. 

En resumidas cuentas, esa es una propuesta que el Instituto para la Producción Popular (IPP) y la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT) están impulsando en Buenos Aires, y que está ganando cada vez más adeptos.

La iniciativa se inspira en el “teikei” japonés, un sistema precursor en el mundo de la agricultura, sostenido por los consumidores, en el que la cadena de valor se reduce a solo dos eslabones: los huerteros y quienes llevan sus productos a la mesa. El resultado: precios más bajos para el consumidor y mayores ganancias para los horticultores.

Los detalles

Se denomina “bono tomate” y, mientras permite al consumidor ganarle a la inflación, ahorrando en “tomate futuro”, a la vez financia a los productores justo en el período de siembra de tomates. El proyecto es encabezado por el coordinador del IPP, Enrique Martínez, ex presidente del Instituto Nacional de Tecnología Industrial (Inti).

Se trata en concreto de un vale que se vende a 220 pesos y que, a fin de noviembre y principio de diciembre, cuando en las huertas se realice la cosecha, se podrá canjear por diez kilos de tomates redondos que se entregarán divididos en dos veces, con diferencia de 15 días. 

El sistema de compra es sencillo (vía mail o personalmente) y la forma de pago es en efectivo, a través de una transferencia, depósito bancario o con Mercadopago, opción que aumenta en 10 pesos el servicio pero que permite el uso de todas las tarjetas de crédito o abonar en locales de pago rápido.

Propósitos

El objetivo de este proyecto piloto es un piso de mil consumidores que compren un solo bono cada uno. Los quinteros que participan son de La Plata, Florencio Varela, Berazategui, San Vicente, Brandsen, La Matanza, Mercedes y Mar del Plata, entre otras ciudades. 

Algunos fueron elegidos para producir los tomates del bono mientras que la mayoría participa del emprendimiento "Más cerca, más justo". Ese sistema de compra y venta ya tiene armada una extensa red que puede consultarse vía Internet o simplemente a través de las redes sociales y que cuenta con centros de distribución en Capital y el primer cordón del Conurbano (algunos de ellos en locales de distintas agrupaciones políticas). Allí ya se entregan bolsones de frutas y verduras por encargo que cosechan los productores primarios todos los jueves. Es la misma estructura a través de la cual se comercializa el “bono tomate”.

Si la experiencia funciona como planea el Instituto, en 2017 se financiará ya desde el momento de la siembra y se extenderá a más productos de la huerta.