España: “El aumento del 30% de la cosecha de cebolla ha desplomado los precios”
La campaña de cebolla en Castilla-La Mancha vive uno de sus momentos más complicados. El aumento de los rendimientos y de la superficie ha dado lugar a una sobreproducción que ha desplomado los precios, incluso por debajo del costo de producción.

Un exceso de producción al que se suman problemas como la escasez de mano de obra o el daño interno, que campaña tras campaña va en aumento. Pero el sector de la cebolla no se rinde. Desde Procecam, buscan soluciones a estos desafíos, poniendo el foco en la apertura de nuevos mercados para equilibrar la oferta y afianzar la reputación de la cebolla española. Al mismo tiempo, apuestan por la investigación para abordar el problema del daño interno, con el objetivo de seguir garantizando la calidad del producto y su viabilidad a largo plazo.
Valencia Fruits. ¿Cómo se está desarrollando la campaña de cebolla en Castilla-La Mancha?
Luis Fernando Rubio. Ahora mismo, la campaña de cebolla en Castilla-La Mancha se encuentra en una situación “desastrosa”. En cuanto a la producción, la calidad ha sido muy buena y los rendimientos elevados, lo cual nos ha permitido recuperar algo de terreno que perdimos el año pasado. Sin embargo, el problema radica en que, a esos buenos rendimientos, se les suma un crecimiento de la superficie cultivada. Según nuestras estimaciones, este año hemos tenido un incremento del 17%, y al combinar esto con la mejora en los rendimientos, el resultado es que la cosecha ha aumentado aproximadamente un 30% en comparación con la campaña anterior.
Esta sobreproducción ha llevado a una caída brutal de los precios. El año pasado, estuvimos comercializando la cebolla entre 25 y 35 cént. por kilo, pero este año hemos caído hasta los 10 y los 12 cént. Esto está por debajo de los costes de producción, que rondan los 15 a 16 cént. por kilo
VF. ¿Qué proponéis desde Procecam para abordar esta situación?
LFR. Para dar salida a toda la cebolla, desde Procecam proponemos varias soluciones, de hecho, hemos puesto en marcha algunas iniciativas este año. Una de las más destacadas ha sido el punto de promoción de la IGP Cebolla de la Mancha. La campaña ha tenido una excelente acogida y los resultados han sido muy positivos. Hemos logrado un incremento impresionante, casi del 400-500%, en la cantidad de cebolla comercializada bajo la IGP Cebolla de la Mancha.
Pero nuestro principal desafío es equilibrar la producción con la demanda. En un mercado tan abierto y volátil como el de la cebolla, es difícil prever cuándo y cómo regular esa producción, y cuál sería el nivel óptimo para lograrlo. Estamos trabajando en mejorar los canales de comercialización y buscando formas efectivas de resolver este problema de sobreproducción y optimizar el mercado.
VF. ¿Qué porcentaje se destina a la exportación y cuál se queda en el mercado nacional?
LFR. En estos momentos destinamos alrededor del 40-45% de nuestra producción a la exportación, pero queremos incrementar ese porcentaje, ya que vemos una gran oportunidad en los mercados internacionales.
VF. ¿Cuáles son vuestros destinos principales?
LFR. Nuestros principales destinos en Europa son Alemania y Reino Unido, además de Francia. Sin embargo, no nos limitamos sólo a Europa, también hemos comenzado a exportar fuera del continente. Este año, hemos enviado cebolla a Brasil y a Estados Unidos.
VF. Volviendo al ámbito agronómico, España en general ha vivido uno de los episodios de lluvia más largos de los últimos años. ¿Cómo han afectado al cultivo de la cebolla?
LFR. Las lluvias nos han afectado principalmente en cuanto a los tiempos de siembra. En febrero, por ejemplo, ya deberíamos tener algunas variedades de cebollas sembradas, especialmente las de grano, que son las más comunes en Castilla-La Mancha y en el resto de España. Afortunadamente, la lluvia ha cesado, lo que nos ha dejado una pequeña ventana de tiempo para realizar las siembras, pero debemos realizar muchas tareas de siembra en un período corto para evitar salirnos del ciclo adecuado.
Para las cebollas tardías, como las de tipo recas, la siembra directa debe completarse antes de la última semana de marzo o la primera semana de abril. Los trasplantes se pueden hacer un poco más tarde, pero el problema es que aquellos que no se han realizado en marzo irán con retraso, lo que afectará los tiempos de desarrollo y la preparación del terreno.
VF. ¿Hay también daños derivados de las precipitaciones? ¿Cómo un aumento de las plagas o enfermedades fúngicas debido a la humedad?
LFR. Sí, claro. De hecho, uno de los principales problemas que ya estamos empezando a notar es la presencia de la mosca de la cebolla. Para combatirla, hemos obtenido una autorización excepcional para usar Benevia desde el 1 de marzo. Además, las altas temperaturas que se prevén estas próximas semanas podrían provocar ataques muy fuertes de las plagas.
VF. La falta de mano de obra es un problema que se ha vuelto recurrente en el campo español. ¿Es otro reto que se suma a esta campaña de cebolla?
LFR. Sí, hace ya varias campañas que tenemos muchos problemas con la mano de obra, y por eso estamos trabajando en mecanizar al máximo el cultivo. Estamos apostando por nuevas tecnologías, tanto para la recolección como para el calibrado. Además, debido a la falta de materias activas disponibles para el control de plagas y malas hierbas, tanto en ajo como en cebolla, tratamos de implementar sistemas innovadores, como eliminadores de malas hierbas a través de láser. Estas máquinas son bastante novedosas y, aunque son costosas, se han convertido en una solución necesaria debido a la falta de herbicidas para estos cultivos.
VF. Pero la cebolla tiene un reto aún mayor…
LFR. El reto fundamental que tiene la cebolla española es el daño interno, o la podredumbre interna. La cebolla española tiene un gran prestigio internacional debido a su alta calidad, por eso se destina principalmente a mercados de alto poder adquisitivo. Por ejemplo, no podemos competir con mercados como el de los Países Bajos, que exportan a Senegal o África del Oeste, porque nuestros precios son más altos. La cebolla española es de mejor calidad y mayor tamaño que la holandesa.
El gran problema que hemos tenido —y aún tenemos— en las últimas campañas y que siempre ha existido, es el daño interno, que se manifiesta cuando, al cortar una cebolla, se encuentra una capa interna afectada por hongos o bacterias, una capa como “podrida”. Es por ello que los altos estándares y la cero tolerancia de las distribuidoras afectando nuestra capacidad de comercialización.
Este problema también afecta a otros países productores de cebolla, donde hay infecciones de fusarium y mildiu, pero en nuestro caso, la cebolla española tradicionalmente no presentaba estos problemas debido a nuestro proceso de secado natural al aire libre. Sin embargo, hemos empezado a notar que cada vez hay más incidencias. Este año hemos detectado alrededor de un 7% de incidencia de daño interno, cuando la tolerancia de los supermercados es sólo del 2%.
Para abordar este problema, estamos trabajando en dos proyectos de investigación, uno con la Universidad Politécnica de Madrid y otro con el IGIAP de Castilla-La Mancha. La idea es encontrar una solución efectiva a este daño porque nos puede acortar la campaña de comercialización. También abordarlo desde el ámbito de la mecanización, con nuevas líneas de calibrado y procesamiento en la cadena de producción para detectar el daño, porque no es visible a simple vista.
VF. Para finalizar… ¿cómo augura el futuro del cultivo de cebolla?
LFR. Nosotros dependemos mucho del mercado europeo, especialmente de la evolución de mercados como el de los Países Bajos, que este año ha batido récords tanto en superficie cultivada como en producción, porque para ellos el cultivo de cebolla sigue siendo muy rentable.
Por lo tanto, el futuro de nuestra cebolla está muy ligado a cómo evoluciona el mercado europeo. Aunque hemos abierto otros mercados internacionales, aún estamos conquistándolos poco a poco. La cebolla española es de mayor calidad, mayor calibre y, en general, de mayor valor, pero esto también implica un precio más alto. Muchos consumidores tienen cierta reticencia a cambiarse a la cebolla española por ese coste adicional.
Nuestra viabilidad, entonces, pasa por continuar aumentando la calidad y ponerla en valor a través de programas como la IGP de Cebolla de la Mancha. Promover la calidad y las cualidades de nuestra cebolla y seguir abriendo mercados para dar salida a toda nuestra producción.
Fuente: valenciafruits.com