Bélgica: Preocupación de los productores belgas por la situación de campos de papa bajo el agua

Las lluvias también están pasando factura al cultivo de hortalizas. “Afortunadamente, ya hemos cosechado en general gran parte de las patatas, pero en general estimamos que aún queda por cosechar el 20 por ciento de los campos. Muchos se encuentran en una situación desesperada”, afirmó Jurgen Duthoo, de Warnez Potatoes.

Debido a las precipitaciones, el gobernador provincial de Flandes Occidental, Carl Decaluwé, declaró el jueves un plan general de emergencia e intervención en caso de inundaciones. “Desde el lunes 6 de noviembre, la región de Westhoek sufre inundaciones. Los modelos meteorológicos del RMI predijeron un pico durante la noche del 9 al 10 de noviembre”, señala un comunicado de prensa de la provincia. Estos modelos también indican que lo peor parece haber pasado ya. “Después de mucha lluvia, anoche entramos en aguas más tranquilas”, dijo Carl Decaluwe el sábado, según informó Nieuwsblad. “Según las previsiones meteorológicas, hasta el domingo por la tarde el tiempo estará prácticamente seco y las lluvias locales serán limitadas. Esto significa noticias cautelosamente positivas para la situación en Flandes Occidental y Westhoek”.

Aún así, muchos productores de patatas, puerros y zanahorias seguirán ansiosos durante días, afirmó Jurgen. “Muchos ya ni siquiera se atreven a mirar el pronóstico del tiempo porque tienen miedo de lo que pueda venir después. Esto también está teniendo un impacto en el mercado. La oferta es baja. Muchos tienen problemas, claro, y en las parcelas con disponibilidad los agricultores se plantean si no sería mejor esperar. Algunos todavía tienen patatas en el suelo y no saben si podrán cosechar todos sus volúmenes. Sin embargo, tienen obligaciones contractuales, por lo que los lotes gratuitos pueden utilizarse para contratos. Además, algunos productores están esperando a ver si los precios subirán aún más".

Aunque a Warnez Potatoes todavía le está yendo relativamente bien, el productor Filip Rosseel, de VRT, describe el impacto en su planta. “Lo que todavía está bajo tierra ya no será bueno. Registramos casi 200 litros de agua por metro cuadrado”, afirmó. “Ha sido realmente catastrófico. Otros colegas aún no habían cosechado patatas y es posible que hayan perdido toda su cosecha”, afirma Rosseel. “Nuestro maíz también está todavía en el campo. Otros todavía tienen que cosechar la remolacha. Las perspectivas no son buenas. También tengo que sembrar trigo antes de noviembre, pero primero tengo que sembrar las patatas, de lo contrario me arriesgo a una multa considerable. Para mi explotación, equivaldría a 14.000 euros”.

Es un problema que también aborda Jurgen. “Tenemos suerte de haberlo cosechado todo, pero muchos se encuentran en una situación desesperada. No sólo porque gran parte de esa cosecha parece haberse perdido, sino también porque los campos siguen húmedos. Después de cosechar las patatas, algunos agricultores tienen que plantar otros cultivos para cumplir con las normas de nitrógeno. No pueden sembrar ahora ni saben cuándo podrán hacerlo. ¿Qué pasa si no tienen la oportunidad? Eso genera mucha ansiedad. Queda por ver qué impacto tendrá esto en el resto de la temporada”.